domingo, 18 de mayo de 2014

Microorganismos


Mentía frontal la esperanza
entregada al entretenimiento,
negociaba pervertida y errónea.

Se apropia el silencio clínico 
de la estrategia del momento
y se quiebran las canciones.

Desesperación y control así 
quedan incomunicadas entre
distintas masas continentales.

Etalonados los colores de vida
a gris, planean hacia la negrura,
agarrados aguantan en montaje.

Amortiguadas se preservarán 
esas avanzadas puestas de sol
Excava la tristeza toda la sala.

Transmisión de infelicidad,
de abandono con irradiados
motivos en múltiples exordios.

Sufre el paciente que siente, 
llora el visitante que escribe.
Aguardan en sentina de dolor.

Llega una certidumbre llagada, 
exenta de equilibrio y gracia:
la moneda al aire es metáfora.

Descalzado el apoyo habitual,
la estrategia única y prototipo
consistirá sólo en sobrevivir.

Una sola célula determinará
la extrema diferencia: existir
a un no fútil tiempo marcado.

Indefenso


Si yo buscase la compasión en viejas cimas
que me precedieran, no me vibraría la piel
en entusiasmo reluciente frente a tu danza
y no sería fotógrafo del vapor y la escarcha.

No he de vestirme día tras día, reeducado tras
maquillajes de espinas o extranjero de vanidad.
No he de engancharme a estar borracho de vida
en moderna pantomima blanda, sin apenas sutileza.

Afeita la noche esa fresca seguridad entregada
del día: una errante carencia quema sin motivo
la certidumbre en refutación y apología vacías
de disidencia. Conserva la apropiada serenidad.

Improvisa la salvaje libertad en sueños imperfectos
y me alcanza para dejarme roto de manera delicada.
La sutileza de sus facetas formadas, desequilibrada
vuelve a albergar sensaciones: de desnudez indefensa.

Un faro de tormentas en esta cama, es hoy tu sexo,
motivo de alborozo y sobresalto. Rayos ramificados
caen entregándose románticos sobre dianas latentes.
Disparan, abren fuego a tu inmutable quietud dormida.