jueves, 13 de junio de 2013

Cinco Bellezas (Quince Años Atrás)


Hoy os llamo cinco gracias,
que según se ha de ver,
todas al mismo nombre,
belleza, habéis de responder.

Primera, la morena Afrodita,
hermosa ella había de ser,
como aquella ciudad sureña
que la viera ha tiempo nacer.

Otra, la segunda bella,
con su presencia discreta,
alegre, de corazón grande
aunque parezca pequeña.

La tercera, se la conoce,
como bíblica heroína crees,
viene de tierras castellanas,
de las que digna hija es.

Armónica, de hecho su voz,
tañidas de verdad sus palabras,
es la cuarta integrante
de este quinteto de damas.

Y la última, Atenea rubia
la que más he de querer.
Aunque su amor no sea mío,
espero su amistad con bien.

Adivina cuales sus nombres,
casi son de familia sagrada,
que con ellas por seguro
buen cuarteto asonante rimara.

Un viento de juventud (Cuento de nubes)


No hace tanto tiempo que un viento juguetón, todavía vagaba por los cielos.

Era bravo y peleón, más veloz que ninguno, joven, alegre y errante a través del inmenso azul. Así, se atrevía a jugar a su antojo y placer con las pobres nubecillas, transportándolas donde él quería, y abandonándolas luego. Él nunca se arrepentía porque sabía que ellas siempre se dejarían arrastrar por él.

Una buena mañana, una nube alomada y hermosa, fue a cruzarse con el admirable viento, que quedó totalmente sorprendido de su gaseosa belleza; y cambiando su habitual táctica se le acercó, poco a poco, como una cobarde corriente, y sigilosamente pasó al lado de su blanca corona. La nube enseguida se dio cuenta por su suave silbido, del aire que la acompañaba.

El viento se había enamorado de la nube y siguió su estela. Por su parte la nube, dejándose cortejar, le concedió acercarse cada vez más, para al final mecer sus cabellos de vapor. A los pocos días, al llegar la noche la acunaba y cuando dormía le preparaba un vacío interior como un regazo para llevarla.

Viajaron juntos mucho, mucho camino. Tantos kilómetros, que si hubieran sido recorridos en línea recta, les hubieran hecho cruzar de una a otra parte del mundo. Pero ella se empeñaba en avanzar siempre en círculos, nunca en la misma dirección que el día anterior.

El paso del tiempo le hizo ser más sensible al destino de la nube, y procuraba acogerla cada vez con mayor cuidado para no deshacerla. Gradualmente, sin embargo, se dio cuenta de que ella se iba haciendo más silenciosa y gris.

Llego el día en que sin previo aviso, la nube lloró lágrimas de lluvia y le dijo que había llegado el momento en que debían despedirse, y sin decir más, desapareció misteriosamente en el horizonte. Fue aquella la primera vez que él quiso llorar también, pero al ser viento no pudo hacer tal cosa.

De pronto se dio cuenta que ya no era joven, sino maduro; ni cálido, sino frío, y que si mantenía el recuerdo de la nube se volvería poco a poco, viejo y glacial. Finalmente, para apartar la tristeza, se le ocurrió hacer lo que siempre hizo con el resto de nubes.

Y cuentan que expresando sólo un ligero bufido de queja, el viento simplemente cambió de orientación y se alejó.

Volando Al Sur (para Patty)


Dicen que el sur es refugio oportuno,
su sol ilumina cualquier día oscuro
por más nublada que esté la razón.
El verano no es infelicidad, sino amor.

Recitaba una canción algo antigua:
amigo, encuentra salida a la duda.
Y lo que hago no es huir a distancia,
mas adquirir adecuada perspectiva.

Pues no soy un hombre de acero
y necesito escuchar un "te quiero",
de vez en cuando, aunque no sea
a menudo, como todos los demás.

Si no respondo a tus mensajes
estos días, no te aflijas, sepas que
busco mi fortaleza en la soledad
y entereza frente a la adversidad.

Noviembre (Intermezzo)


Inexorablemente todas mis venturas,
se ve que aquí llegaron. Al intermezzo
de este revelador, incierto porvenir.
El tiempo ahora sólo está ocupado
en preparar mi apocalipsis particular.

En inhumar así rescoldos de errores,
en comprobar que al fin la sabiduría
no se halla sino en experiencia y edad.
Delante del tan planteado teorema,
hoy demostré su eterna veracidad.

Descubrí que de mi anterior rumbo
una rectificación es ahora lo apropiado
dentro de esta oportunidad imprecisa.
Disculpadme si de lo ya comentado
no me explayo con más sagacidad.

Juego y posiciones de interés crearon
estas instancias. Mi lema adoptado
refleja triste un "qué se le va a hacer".
En estos días llamadme Noviembre.
O bien mejor, pues, ni me nombréis.