domingo, 26 de abril de 2015

Niké


Alfar de afanes,
oval su sonrisa.
Niké, queda, siempre.

Protege secretos,
cuida mi confianza.
Alma de ave alada.

Ánade, vuela libre y
crema mi anverso.
Sella mi kalathos.

Esculpe tú mi ardor,
hija de titanes.
Cílica del amor.


Viento Estelar


Burbujean billones de danzantes átomos,
en tus ojos, umbrales de la enorme belleza.
Consumen una espera portentosa, perlada:
fascinada por tu potente llamada estelar.

Nuestros labios magnéticos que evocarán,
mesetas repletas de los placeres livianos,
paisajes extranjeros de cualquier sacrificio,
abrazos a la cintura en ausencia del dolor.

Agonizan las voces y el aliento ya muere
pesado y roto, como un vaho envenenado,
seco, sin prisa. No demoran sino el adiós
proveniente de la piel en esta medianoche.

Un rastro de palabras borradas y perdidas,
toma la dirección de las capas estrelladas
que disipan iones entrando en combustión.
La calma ya no nubla el flujo que nos ata.