Volaría libre y plena, mi mente
disuelta en ingenua densidad,
la conciencia mezclada entre
un entero conjunto maquinal.
Diversos elementos inorgánicos,
recordando a mi auténtico ser
permitirían mi juventud infinita,
alimentada con el polvo estelar.
Al amparo de profundos sueños
inducidos, resistiría sobrehumana,
enganchada a alcanzar su visión,
de un mortal descanso, privada.
Prevalecería en mí, sin embargo,
la emoción íntima sobre el puro
análisis: una mecánica sintética
que cederá ante el latido crudo.
de los casi últimos hombres libro.
Sería el ánfora y la preservación
del terreno saber sobre el olvido.
Tripulante androide, mantendría
por centurias una delicada espera
ante el anhelado encuentro frente
a deliciosas inteligencias nuevas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario