domingo, 23 de noviembre de 2014

Vértices Recombinados


Pureza fractal de bandadas de pájaros
enredadas en perpetuos movimientos,
sobrevuela el meandro helado carente
de cualquier apariencia de otra vida.

Blanca estructura que adopta el suelo
cubriendo la podredumbre enraizada
de los vestigios de aquellos altos cedros
que se alzaban antes velando las veredas.

¿Florecerán ahora los narcisos enorillados
y caerán al agua sus pétalos prematuros
antes de germinar aturdidos por ecos de su
propia, embriagadora y súbita belleza?

Deseo iris salvajes de los más diversos
colores creciendo ya en los ribazos para
la próxima primavera, llenos de néctar,
con estigmas que sólo sirvan a la tierra.

Un monte sin piedad y sus bestias aún
aguardan al caminante ciudadano entre
las agrestes estaciones de esta inclemente
era de soledad batida por ráfagas ventosas.

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