"Parce que moi je rêve,
moi je ne le suis pas..."
Tengo un doble exacto
que escribe los domingos
de un verano a la caída de la tarde
en la terraza de un segundo piso,
rue Greuze, decimosexto distrito
en la ciudad de París.
En él habita su existencia
dupla, cual en un diorama,
disfrutando de su gozo vital,
algo desconocido en Madrid,
respirando entre orquídeas:
flores de aromas distintos.
Estudia un lenguaje nuevo,
sentado a veces cuál esfinge.
En su doctrina tiene determinado
no hallar disuasión a su escritura
y en ocasiones, fijar su norte
en una búsqueda amoral.
Pintan por las mañanas,
sus ojos, difusos fotogramas.
El cine le corre en las entrañas,
sublime con unas texturas
de terciopelo, no remisas.
Integradas de silencio.
Cuando me concentro,
quedo a veces unido a él.
Sentimos juntos sed condensada
en nuestros paladares, y una
mutua noción al despertar:
de sueño y de locura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario