martes, 5 de septiembre de 2017

Las montañas penitentes

 
Lac de Sils, un encuentro con
la magia de la gravedad.
 
Miré. una directa naturaleza
se enclavó, austera. Viva.
 
Una placa sin pedestal, sin
busto: escenario vacío.
 
Al fondo una sombra escarlata,
baño de maternidad y abismo.
 
En la proximidad del secreto,
mi adolescencia, jaula frágil.
 
A partir de ahí, solo la caída.
Nociva. Al taller de oleajes.
 
Y volver años después, cual
súbito destructor de cumbres.
 
Laocoonte moderno,
tan triste, tan arrepentido.
 
 
 
 
 
 
 

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