viernes, 8 de marzo de 2013

Diluvio en Madrid (Rainiest, Tonight)


Diluvian pianos esta madrugada
en la Plaza de España de Madrid.
He bebido todas estas calles,
y sus espumas me humedecen.

Sirenas sentadas en las bancadas
mojadas, sonríen refulgentes y fieras.
Viven ya en el borde del tiempo...
Sus momentos suenan exiguos.

Cristales empañados de repente.
Se consume frío el aire y me rodea.
Susurran: "Queda poco, tan poco..."
y "pronto, habrá un no más tú...".

Aventajadas acarician las gotas
del cielo mis labios. Invoco con ellas,
en retrospectiva fílmica los besos
pretéritos sin tentaciones de rencor.

Incluso aquellos que nunca ofrecí.
Jamás deje de apreciar fantasías.
Bañado de iluminación, no hubo
lugar (ni un ápice) para el desprecio.

Los lobos tratan de cruzar a nado
la riada que invade con su caudal
la Gran Vía, dentellean y devoran
mientras me ahogan restos caídos.

Es mentira que esto sea espejismo.
Es verdad que el desastre fue previsible.
Se ha orquestado así esta suite, sugar,
aquí en un arenal del afán. Del querer.

Noctívago, lúcido al fin, bajo, enfilo
escaleras, busco una reunión vehícular
hacia lo dormido. He percibido un canto
mórbido y mortal próximo en la tiniebla.

Espero que mi vida aún diste de merecer
un final cercano. Soy yo de aquellos
que defienden sin desdén, a bocanadas
las cosas más allá de su aliento. Encore.



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