domingo, 10 de septiembre de 2017

Transmisión (M. Irma Vep)


El transcurso tan largo de los años,
me ha enseñado enormes lecciones
para definir mi propia naturaleza humana.

Tan generosa, como autosatisfactoria,
tan nómada, como atada a sus raíces,
tan fiera, como delicada con su progenie.

Sin embargo, el mayor logro de mi especie
para mí no está en el caracter, ni es material.
Se encuentra en algo mucho más básico.

He disfutado de muchas vidas en ésta,
y me he convencido de que lo único
que me sobrevivirá al final es mi palabra.

Aprendí el ingles para rimar y cantar mejor,
el francés para trabajar y amar, y el español,
me enseñó, que en la espera habita la esperanza.

He conocido el alemán, un idioma de escena.
Todos permiten el discurso y su replica ágil.
Felina. Por ondas o cromada por la imprenta.

A cualquier ocasión reivindico, escribiendo,
o con mi voz y manos bien situadas y alzadas,
la inmortalidad de este bello don del lenguaje.

Aun pérdido en la metropolis, no enmudeceré,
ni esconderé este milagro de la comunicación.
Lo exhibiriré bello, cual color de la primavera.


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