Cierras la preciosa luz de tus húmedos ojos,
bajando tus coloreados párpados teñidos.
Ábrelos de nuevo, que temo ver extinguidos
por siempre esos profundos anhelos y antojos.
A tu paso sostenido, carente de enojos,
oculto mi presencia a tus iris tan queridos.
Quiero besar tus amorosos labios prohibidos,
aspiro vivir al cobijo de miradas de celosos.
Cual pequeña figurilla de barro entre tus manos,
siento mi destino y corazón ser artesanados,
moldeados por una maestra del deseo humano.
Con tus gestos para otros de significados planos,
provoques en mí sensaciones de descaro.
Y sea mi sino tener que convivir a tu lado.
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