sábado, 10 de noviembre de 2012

Una Canción Luminosa





Te rememoro mientras compongo en este viejo piano,
amartillando sus teclas, rápida, pero suave, dulcemente.
Estoy cantando aquello jamás contado, letras hermosas
que maldicen todas nuestras oportunidades perdidas.

Con la música del azar, he rendido a la duda agazapada,
domado al desatado león de agigantadas garras circundantes,
insufrible dolor de perdida que me había despedazado,
dejándome con profundas cicatrices difícilmente curables.

Convaleciente, he buscado acordes de equilibrio, muletas
escritas diáfanas en un pentagrama hasta entonces vacío,
descubriendo entre notas, la belleza que susurra tu nombre,
he recuperado el gozo entre esta involuntaria armonía.

Y es que esta melodía sanadora salida de mis dedos,
es un escultor que talla imágenes de amor entre sueños,
un braceo a contracorriente contra la ola que me ahoga,
una incandescente luz nuclear, que a su paso, todo apaga.

No hay comentarios: